Viva Verdi
La celebración del bicentenario del nacimiento de Giuseppe Verdi (1813-2013) tuvo lugar también en el Auditorio Revellín con el espectáculo Viva Verdi!. Y qué mejor manera que recordarle con sus arias y cuadros de ópera más famosos y más escuchados de los que, hasta el que menos familiarizado esté con esta música, puede incluso animarse a tararearlas.
El espectáculo estaba formado con tan sólo tres voces: una soprano, un tenor, y un barítono. También contó con la Coral de Ceuta como invitada,-todos ellos acompañados al piano-, y un narrador que nos contó los datos más importantes de la biografía de Verdi y su época.
Verdi, -que nació en el mismo año que otro de los grandes como Wagner-, es uno de los compositores de ópera más importantes de todos los tiempos que saboreó el éxito durante su vida. Fue autodidacta debido a que el conservatorio de Milán le cerró sus puertas considerando que no era apto musicalmente. Poco después, con el paso de los años y el éxito que alcanzó Verdi, fue dicho conservatorio el que le pidió permiso para que dicha institución llevara su nombre, por lo que Verdi se negó rotundamente. El conservatorio tuvo que esperar a su muerte para poder llevar su nombre.
Produjo 26 óperas, desde su primera ópera a los 26 años hasta los 80 años, atravesando un período prolífico que él mismo llamó años de galera, en el que estaba inmerso en una vorágine compositiva de óperas por encargo para los teatros que así se lo demandaban. Aunque en sus óperas no había ningún componente de nacionalismo manifiesto, se le identifica con el Risorgimiento italiano (movimiento nacionalista italiano), y algunas de ellas fueron tomadas como un llamamiento contra la dominación extranjera en una Italia del siglo XIX que se dividía en estados y carecía de unificación. Un ejemplo de ello, que pudimos escuchar fue el Va pensiero que canta el coro de esclavos en la ópera Nabucco (1849).
Este viaje por la trayectoria de Verdi nos llevó a recordar algunas de las óperas más famosas de la década de los cincuenta del siglo XIX como lo son Nabucco (1849), Il Trovatore (1853) La Traviata (1853) y Un ballo en maschera (1859) ,-aunque dentro de este período eché de menos algún aria como por ejemplo La donna e mobile de su Rigoletto-. También pudimos escuchar fragmentos de óperas de sus años posteriores como Otello, período en el que escribió óperas basadas en obras exitosas de Shakespeare, uno de los autores favoritos de Verdi.
Podemos decir que sus óperas muestran la gran capacidad de Verdi para captar el carácter, el sentimiento y la situación en melodías cercanas y familiares que junto con su forma sencilla, captan la atención del oyente. Este carácter se hizo palpable en el dueto famoso Un di, felice de la famosa ópera de La Traviata.
La guinda de este pastel de cumpleaños fue nuestra Coral, que se atrevió con un repertorio nada fácil y que supo estar a la altura en sus cuatro intervenciones Patria opressa (Macbeth), Va pensiero (Nabucco), Vedi! Le fosche notturne (Il Trovatore) y el Coro de Gitanos y Matadores (Traviata).
Y como no, hubo propina en forma de brindis; con el Libiamo ne'lieti calici, el famoso brindis de La Traviata.
Por un momento, el auditorio tuvo sabor a ópera; sin grandes escenografías ni vestuarios nos supo transportar al sentir de la época con cada una de sus notas. De una manera simple y directa, como lo fue su música.
Patricia Pérez
