La Consejería de Sanidad y Consumo, mediante el Plan sobre Drogas y en colaboración con la Consejería de Juventud, Deporte y Menores, pondrá en marcha un programa de prevención del consumo de drogas en los centros de menores la semana que viene. Educadores y psicólogos de las dos áreas participantes se encargarán de desmontar los mitos, prejuicios y estereotipos que este segmento de la población, considerado altamente vulnerable, maneja sobre las drogas.
Lo harán mediante un taller intensivo y dinámico que se desarrollará en dos sesiones semanales de tres horas de duración cada una. Se trata del programa Mi trébol, que para su desarrollo aprovecha la oportunidad de utilizar a un personal especializado, como los educadores y psicólogos, para llegar a una parte de la población destacada por su vulnerabilidad ante las drogas.
El primer centro al que llegará Mi trébol es el centro de reforma de Punta Blanca, si bien esta intervención forma parte de un compromiso que se hará extensivo al centro Mediterráneo durante los meses estivales, cuando los menores no han de acudir al colegio.
El objetivo es contribuir al desarrollo de la identidad y la aceptación del propio cuerpo; aumentar la autoestima y la resistencia a la presión de grupo; y promover valores y hábitos contrarios al uso de drogas, para lo que los educadores y los psicólogos de Sanidad y Menores que lo desarrollan asesoran y orientan al adolescente en los distintos aspectos que pasan a ser preponderantes en su vida y sus relaciones, como la sexualidad, el grupo de amigos, la experimentación de nuevos roles, su identidad personal y su tiempo libre.
ESTRATEGIA DE PROMOCIÓN DE LA SALUD
Desde el Plan sobre Drogas, de la Consejería de Sanidad, consideran explícita la necesidad de implementar este tipo de programas de prevención del consumo de drogas en los centros de menores en el marco de una estrategia para la promoción de estilos de vida saludables que comienza con la incorporación del menor al centro y se prolonga hasta que es reinsertado en la sociedad.
Durante ese periodo, el trabajo en esta materia ha de ser continuo y debe ir adaptándose a las diferentes edades y vivencias de los menores: con los más pequeños será necesario promover acciones genéricas de educación para la salud, orientadas a fomentar la adquisición de actitudes y hábitos positivos; y con los de edades más próximas a la adolescencia y adolescentes, hay que tener en cuenta una progresiva autonomía conductual y, en sintonía con ella, divulgar contenidos más específicos enfatizando, además, la adquisición de determinadas habilidades sociales.
Bajo este prisma, la Consejería de Sanidad y Consumo, mediante el Plan sobre Drogas, comenzó a trabajar en 2008 la formación de los educadores y cuidadores de los centros de menores, personas que son referentes para los individuos del colectivo a su cargo, huyendo de intervenciones puntuales y buscando soluciones dilatadas en el tiempo.
UNA CRECIENTE PREOCUPACIÓN SOCIAL
La meta de Mi trébol es que sus destinatarios tengan la información y formación necesarias para que sus decisiones sobre el uso de las drogas sean razonadas y responsables.
Desde el Plan sobre Drogas, de la Consejería de Sanidad y Consumo, subrayan que no es una novedad que el problema de las drogas despierta una preocupación en la sociedad, que va en aumento, y explican que la aparición de cualquier problema de salud está condicionada a la intervención de una compleja cadena de factores cuyo extremo más próximo y más fácilmente detectable es la conducta de las personas. "No es de extrañar, por tanto, el creciente interés que se observa por la educación para la salud, en general, y por la educación sobre colectivos vulnerables, como el de los menores, en particular, con el fin de lograr que cada individuo adopte las conductas adecuadas para conservar la salud", explican.
Los hábitos nocivos para la salud se adquieren ya en la infancia y, concretamente, la edad crítica para el inicio del consumo en las drogas legales (alcohol y tabaco) se sitúa entre los 11 y 15 años. Esto quiere decir que, más allá de las posibles influencias de la moda o de determinados intereses políticos, la educación sobre drogas es algo cada vez más necesario en edades tempranas.