Ante la previsión de la Agencia Española de Meteorología (AEMET) de una ola de calor o una subida generalizada de temperaturas en algunas zonas del país para los próximos días, y aunque en Ceuta no está previsto un incremento tan súbito, el Servicio de Vigilancia Epidemiología de la Consejería de Sanidad, Consumo y Gobernación ha decidido adelantar este año su Plan de Vigilancia, con el objetivo de reducir al máximo las consecuencias de las altas temperaturas sobre la población más vulnerable como son las personas mayores, los bebés, niños pequeños y los enfermos crónicos o con determinadas medicaciones.
La puesta en marcha de este protocolo, en colaboración con INGESA e implantado desde 2004 en Ceuta, tiene por objetivo reducir la morbi-mortalidad -fallecimiento o incidencia de enfermedades- por causas en las que la temperatura es el factor desencadenante.
Ola de calor
En el verano 2003 se produjo un hecho inusual, un aumento de morbilidad y mortalidad en Europa por las temperaturas elevadas. En Ceuta y el resto de España hubo una sobremortalidad del 8%, principalmente en mayores de 64 años. Este acontecimiento supuso el inicio de una Plan de Vigilancia ante altas temperaturas. En Ceuta se comenzó ese mismo año.
Aunque no existe una definición consensuada acerca de lo que es una ola de calor, se considera, por norma general, que se trata de un periodo caracterizado por temperaturas anormalmente elevadas o por invasión de aire muy caliente.
En España se entiende por temperatura umbral, la que supera el percentil 95 de las series de temperaturas máximas durante junio a septiembre de los últimos 10 años de la localidad de que se trate. En el año 2003, en Ceuta fue 29,8ºC de máxima y 21,8ºC de mínima.
Para evitar riesgos en la población Sanidad ha querido recordar las medidas preventivas que se deben tomar para evitar riesgos innecesarios en la población.
Entre estas, la importancia de mantener una hidratación adecuada mediante la ingesta de abundantes líquidos y el consumo de alimentos ricos en agua como fruta, ensaladas, etc. Esta recomendación resulta especialmente deseable en el caso de las personas mayores, que deben beber al menos dos litros de agua al día, incluso aunque no tengan sed, pues es muy frecuente que tengan disminuida la necesidad de hacerlo.
En general, es aconsejable no realizar ejercicio físico durante las horas más calurosas del día, procurando llevar prendas de tejidos naturales, ligeros y de colores claros y no exponerse innecesariamente al sol durante las horas de máxima insolación. Nunca debemos dejar a una persona en un vehículo expuesto al sol. Los ciudadanos deben estar pendientes de familiares, vecinos y personas vulnerables, especialmente si viven solas.
Además, se recuerda que en caso de que se esté tomando algún medicamento de manera habitual conviene consultar con el médico o farmacéutico por si fuera necesario ajustar las dosis. Ante emergencias causadas por el calor, se recuerda que hay que contactar con el 112.
En los días de intenso calor, permanecer en lugares frescos, a la sombra y si es posible pase al menos dos horas en algún lugar climatizado. Tomar una ducha o un baño fresco.
Bajar las persianas evitando que el sol entre directamente. No abrir las ventanas cuando la temperatura exterior es más alta. Evitar usar máquinas y aparatos que puedan producir calor en las horas más calurosas.
Si hay que permanecer en el exterior, procurar estar a la sombra, usar ropa ligera y de color claro, protegerse del sol, usar sombrero. Utilizar un calzado fresco, cómodo y que transpire.
Las quemaduras solares se producen por el sol directo sobre la piel aunque el día no sea muy caluroso. Deben evitarse, estando menos tiempo al sol y usando cremas de protección.
Usar filtros solares altos o muy altos 30 minutos antes de la exposición al sol. Continuar aplicándola cada 2o 3 horas. Prestar especial atención a los menores de 3 años (empleo de gorros).