La Consejería de Sanidad y Consumo recuerda que mantener una alimentación equilibrada y beber abundantes líquidos tiene una importancia fundamental para la celebración del mes de Ramadán de forma saludable. En ese sentido, hace una serie de recomendaciones y recordatorios a quienes practiquen el ayuno con el objetivo de que no incida de forma negativa en su salud y pone énfasis en casos concretos como el de las mujeres embarazadas y lactantes, los diabéticos, los enfermos con algún tipo de medicación y los mayores.
Sanidad recuerda, por ejemplo, que las comidas deben contener alimentos ricos en proteínas, como pescados, carne, pollo y lácteos, como la leche, el queso, yogur, cuajada; y en hidratos de carbono complejos o de absorción lenta, entre los que se encuentran las lentejas, el arroz integral y cereales como la cebada, la avena y la sémola.
Mantener una dieta equilibrada en nutrientes evitando el exceso de grasas y de hidratos de carbono de absorción rápida, como el azúcar refinado y los pasteles, y aumentando el consumo de frutas y verduras es otro de los consejos de la Consejería que dirige Abdelhakim Abdeselam.
En esa lista de recomendaciones y recordatorios están, también, que debe evitarse el consumo de alimentos ricos en grasas, como pasteles, chocolate y frituras; que un ejemplo excelente de carbohidratos complejos son los dátiles, ricos en hidratos de carbono, fibra, potasio y magnesio; que deben evitarse bebidas que contengan cafeína, como el café, el té y la cola; y que la ingesta de líquidos debe ser abundante, sobre todo en verano, para evitar el peligro de una deshidratación, ya que con el sudor se pierden también sales minerales.
Por el mismo motivo, señalan desde Sanidad, hay que tener especial cuidado con la exposición al sol y al calor, ya que la falta de alimento y bebida puede provocar una rápida deshidratación y pérdida de conciencia. En relación con esto, la Consejería hace hincapié en que las personas ancianas deben tener en cuenta que sufren más fácilmente los efectos del sol y el calor y se deshidratan con más facilidad, por lo que deben tomar abundantes líquidos.
Enfermos medicados y mujeres embarazadas y lactantes
En cuanto a quienes padecen una enfermedad y necesitan tomar medicación, el consejo es que consulten con su médico habitual, quien podrá indicarles el cambio adecuado de pauta para tomar esa medicación fuera de las horas de ayuno.
Las personas con diabetes deben tener presente que se han descrito importantes problemas asociados al ayuno prolongado, como la hipoglucemia, la hiperglucemia, la cetoacidosis, la deshidratación y la trombosis. Por eso, Sanidad destaca que han de acordarse, si van a realizar Ramadán y, especialmente, si se administran insulina, de que no deben modificar las horas ni dosis de administración, sino hablarlo previamente con su médico, quien podrá modificar las pautas y horarios de administración e indicar la alimentación más adecuada.
Aquellas personas que toman fármacos diuréticos, es decir, medicamentos que aumentan la cantidad de orina, indicados para la hipertensión arterial, también deben tener un cuidado especial y, por lo tanto, han de hablarlo con su médico habitual.
Capítulo aparte es el caso de la mujer embarazada, una situación que Sanidad califica como muy especial. Por eso, desde la Consejería hacen énfasis en que en las primeras semanas del embarazo, el embrión se está formando y un déficit de nutrientes básicos podría producir malformaciones; y en que una deshidratación puede ser fatal en una embarazada.
En cuanto a las mujeres lactantes, si van a realizar Ramadán es muy importante que lo hablen con su pediatra, el cual puede valorar la introducción de una lactancia mixta.