La Consejería de Sanidad y Consumo ha hecho balance del trabajo realizado al amparo del convenio que suscribe cada año con la Asociación Española Contra el Cáncer para el mantenimiento de un equipo de apoyo en cuidados paliativos con motivo, mañana sábado 8 de octubre, del Día de los cuidados paliativos y del movimiento Hospice. Desde la primera firma, hace diez años, la Ciudad ha incrementado en un 55 por ciento el presupuesto del convenio, que ha pasado de 60.105 euros en 2001 a 133.000 euros en el ejercicio en curso.
El equipo de apoyo en cuidados paliativos está formado por un médico, un D.U.E y una psicóloga. Son contratados por la Asociación Española contra el Cáncer gracias al convenio de colaboración con la Ciudad, que sufraga los gastos totales del personal, y atienden una media de 90 personas al año.
En estos más de 10 años, se ha ido promoviendo la cultura paliativa entre los profesionales sanitarios de Ceuta, haciendo especial énfasis en la necesidad de atención paliativa a los enfermos en situación de complejidad cuando las posibilidades de curación son escasas y su pronóstico es limitado, en coordinación con el resto de dispositivos asistenciales de la ciudad, sobre todo atención primaria y servicios de urgencia.
Aunque la mayor parte de los pacientes atendidos son oncológicos, la tendencia actual es que se extienda esta atención a todos los pacientes que necesiten de cuidados específicos al final de su vida, prestando especial atención a sus familiares y cuidadores.
Cada 8 de octubre se celebra en todo el mundo el Día de los cuidados paliativos y del movimiento Hospice y el lema este año es Muchas enfermedades, muchas vidas y muchas voces que escuchar, que refleja la demanda de cuidados paliativos y la necesidad de seguir extendiendo y potenciando su desarrollo en todo el mundo.
ORIGEN DE LOS CUIDADOS PALIATIVOS
La idea de crear los cuidados paliativos parte de las iniciativas de profesionales como Cicely Saunders, verdadera pionera de los cuidados paliativos modernos, que creó esta modalidad asistencial en Londres en los años 60, extendiéndose a España en los años 80.
Desde entonces, esta atención humanista, especializada en el control de síntomas, especialmente el dolor, trata de ofrecer una asistencia integral a pacientes y familias en esta difícil fase de la enfermedad donde toda ayuda es poca. Se ha ido extendiendo con fuerza, pasando de una asistencia circunscrita a los primeros hospicios británicos en sus inicios, a considerarse hoy como un derecho fundamental.
Cada vez toma más fuerza la utilidad y la necesidad de una asistencia basada en la atención no solo a los síntomas físicos sino a los psicológicos y espirituales, tendentes a asegurar la mejor calidad de vida posible, para lo que es preciso el trabajo de equipos multidisciplinares especializados en coordinación con todos los niveles asistenciales.
Desde la Consejería de Sanidad y Consumo subrayan que aún queda camino por recorrer y que esta fecha es una oportunidad para tomar impulso y seguir luchando por asegurar la calidad de vida de los pacientes y sus familias.