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Sáb, Nov

Sanidad Ambiental inicia una campaña de medición de la calidad del aire en colaboración con el Instituto Carlos III

Sanidad y Consumo
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Instalacin_captadores_partculas_contaminantes._CopyLa Consejería de Sanidad y Consumo, en colaboración con el Instituto de Salud Carlos III, ha iniciado una nueva campaña de calidad del aire que servirá para determinar el nivel de partículas perjudiciales para la salud. Personal del Servicio de Sanidad Ambiental ha instalado los equipos facilitados por el Instituto en la cubierta del Edificio Polifuncional de Puertas del Campo y, cada día, se encarga de cambiar los filtros para la recogida de datos y el envío de muestras.

La campaña, similar a la realizada entre diciembre de 2010 y marzo de 2011, tiene una duración de 12 semanas y se enmarca en la competencia asumida por las autonomías de vigilancia de la contaminación atmosférica según los marcos normativos vigentes. En ese contexto, la instalación de los captadores de partículas se llevó en presencia de Saúl García Dos Santos, del Área de Contaminación Atmosférica del Centro Nacional de Sanidad Ambiental del Instituto de Salud Carlos III, a quien acompañó el consejero de Sanidad y Consumo, Abdelhakim Abdeselam.

Las muestras captadas por los dos equipos instalados en Puertas del Campo, que determinarán la concentración de partículas PM 10 y PM 2,5 –el número es indicativo del diámetro de la partícula en micrómetros, cuya unidad es la milésima parte de un milímetro-; y las muestras que, dentro de esta misma campaña, se tomarán en abril en 55 puntos de la ciudad para la determinación de NO2 y compuestos orgánicos volátiles, se envían al Instituto Carlos III, encargado de analizar los resultados y ofrecer las conclusiones.

Las PM 10 y PM 2,5 son pequeñas partículas de polvo, cenizas, hollín, metal, cemento o polen y, dispersas en la atmósfera, tienen mayor capacidad de penetración pulmonar, por lo que se consideran las más dañinas para el organismo; y el NO2 o dióxido de nitrógeno es un compuesto químico que se forma en los procesos de combustión, por lo que es frecuente en zonas urbanas.

Desde Sanidad Ambiental explican que estas campañas son necesarias en las zonas urbanas por tratarse de áreas donde se concentra el tráfico rodado, que acarrea el deterioro de la calidad del aire, para controlar que la concentración de sustancias contaminantes esté en niveles aceptables. Añaden que una persona respira una media de entre 15 y 20 metros cúbicos de aire al día y si el aire está contaminado, esas sustancias contaminantes se incorporarán al organismo.

Los estudios epidemiológicos que se vienen realizando desde los 80 y, sobre todo, a partir de los 90, intentan establecer las posibles relaciones existentes entre los niveles de contaminación que soporta la población urbana y la mortalidad y morbilidad.

Así, el Estudio Multicéntrico Español de Contaminación Atmosférica y Mortalidad (EMECAM) y el Estudio Multicéntrico sobre los Efectos de la Contaminación Atmosférica y la Salud (EMECAS), llevados a cabo durante 10 años en 14 ciudades españolas con una población total de más de 10 millones de personas, asocian la contaminación habitual que existe en la ciudades con un incremento del riesgo de mortalidad, tanto general como cardiovascular y respiratoria, así como con un incremento del número de ingresos hospitalarios, especialmente los relacionados con la patología cardiovascular.

Las poblaciones más vulnerables son los ancianos, las personas con asma y enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) y, como se ha podido comprobar recientemente, los niños.

Desde la Ciudad, y en el marco de las competencias atribuidas en materia de salud pública, que corresponden a la Consejería de Sanidad y Consumo, se llevan a cabo este tipo de campañas para examinar la calidad del aire que respiramos y comprobar que la concentración de partículas contaminantes no excede el límite establecido para la protección de la salud humana.