la Consejería de Sanidad, Servicios Sociales, Menores e Igualdad ampliará próximamente la red de espacios públicos cardioprotegidos con la instalación de cinco nuevos desfibriladores externos semiautomático (DESA) en el Parque de Bomberos, la Biblioteca Adolfo Suárez, el aparcamiento público de la avenida Alcalde Sánchez Prado, y los mercados central y de San José.
Por este motivo, y antes de la instalación de los aparatos, se han programado cursos de formación, en colaboración con Cruz Roja, para que los trabajadores de estos centros sepan utilizarlos y cuenten con los conocimientos necesarios para su manejo en caso de necesidad. Estos cursos se impartirán los días 9 y 10 de mayo, y 7, 8, 23 y 24 de junio y se enmarcan en las directrices del Plan de Salud 2014-2017 cuyo programa Mortalidad y Morbilidad por procesos cardiovasculares incluye entre sus objetivos aumentar el número de espacios cardioprotegidos.
Hasta la fecha se ha instalado una decena de desfibriladores en lugares como el Palacio de la Asamblea, edificio Ceuta Center, Teatro del Revellín, los polideportivos Díaz-Flor y Guillermo Molina, el Servicio de Prevención de Riesgos Laborales, Campus Universitario y también disponen de un aparato portátil la unidad móvil del Área de Coordinación de Emergencias (ARCE)-Protección Civil y el Parque Marítimo del Mediterráneo.
El Gobierno que preside Juan Vivas inició la política de creación de espacios cardioprotegidos con la puesta en marcha ya del primer Plan de Salud, que comprendía el periodo 2007-2011, y la ha continuado desde entonces, con su desarrollo con este programa de prevención del riesgo cardiovascular en el segundo de esos planes.
Ventajas de la desfibrilación
La desfibrilación temprana es un elemento fundamental en el ámbito de la asistencia a pacientes con enfermedades cardiovasculares y la experiencia acumulada en las unidades de cuidados intensivos demuestra que su efectividad en la recuperación de un ritmo cardíaco eficaz es del 90% cuando es posible efectuar la desfibrilación en el primer minuto de evolución de la fibrilación ventricular (FV). Esta efectividad disminuye muy rápido: por cada minuto de retraso se reduce la supervivencia entre un 7% y un 10%, de forma que las posibilidades de sobrevivir transcurridos 10 minutos son mínimas.