El Servicio de Extinción de Incendios y Salvamento (SEIS) de la Ciudad Autónoma de Ceuta ha empleado más de 16 horas para extinguir el incendio registrado en la tarde del miércoles 9 de julio en García Aldave. A las 14.30 horas, el retén de Bomberos en la zona y la brigada forestal de Obimasa vieron el fuego, comenzaron a actuar y alertaron a los servicios y a las 15.30 horas comenzó a montarse el dispositivo, que ha permanecido en la zona hasta las 6.45 horas, cuando se ha dado por extinguido el incendio, según los datos que ha aportado la consejera de Presidencia, Gobernación y Empleo, Yolanda Bel, y el jefe del SEIS, Manuel Gentil, durante la comparecencia que han realizado para dar cuenta de la actuación, que provocó que llegara a activarse el Nivel 2 del Plan Territorial de Emergencias de la Ciudad Autónoma de Ceuta (PLATERCE).
En una valoración inicial realizada sobre el terreno se estima que el perímetro afectado es de 40 hectáreas, pero las islas verdes que han quedado en la zona reducen la superficie quemada a unas 34 o 35 hectáreas. Esta área es de alto valor ecológico, y parte de ella está incluida en la Red Natura 2000, protegida por la Unión Europea, al tratarse de una Zona de Especial Protección de Aves (ZEPA) y un Lugar de Interés Comunitario (LIC). No obstante, la zona, de contorno sinuoso e irregular, de topografía abrupta y con múltiples lenguas, hace que la medición de la superficie exacta requiera de un detallado trabajo de campo, que no puede terminar de realizarse hasta que el terreno esté fresco, según han explicado los biólogos de Obimasa. Lo que ya se conoce que se ha perdido es una ladera de monte que había sido reforestada desde hace años por esta sociedad municipal.
Origen, zonas afectadas y vegetación
El jefe del SEIS, que llegó a tener trabajando en la zona hasta 36 efectivos tras incorporarse todos los bomberos que estaban descanso o de vacaciones y que se encontraban en Ceuta, considera que el incendio fue provocado o se debió a una imprudencia, si bien este extremo debe confirmarse. Manuel Gentil ha asegurado que pese a la magnitud de este incendio, sigue siendo más grave el registrado en 1982 y sobre todo el del último día de la Feria de 1993, que afectó a más de 100 hectáreas.
El fuego se originó en una zona del Arroyo de Calamocarro conocida como Huerta Serrano o Las Cochineras y se propagó rápidamente en dirección sur y sureste, pese a que las pistas estaban limpias y actuaban como cortafuegos, dentro de los trabajos que durante todo el año realiza la brigada forestal de Obimasa. Las llamas se extendieron por La Lastra y la carretera autonómica Nº 2 y se propagaron por el Barranco de la Misericordia, la Fuente de los Generales y el área de Aranguren y Loma Entre Fuertes, alcanzando la ladera norte del Monte de Anyera, en las inmediaciones del acuartelamiento de García Aldave.
En estos lugares destacan principalmente las masas mixtas de repoblación de pinos (carrasco, piñonero y californiano) y eucaliptos, así como matorrales tanto de autóctonas (jaral brezal, ergenal) como exóticas (acacias). También abarca formaciones de vegetación de ribera (sauceda, espinales, zarzal, helechar) y ha afectado, aunque en menor medida, a los alcornocales, en formación mixta con acebuches, majuelos y espinos. Igualmente, se han visto afectadas zonas de repoblación bajo los pinos (sotobosque) y eucaliptos cercanos a Aranguren, constituidas por alcornoques, madroños y quejidos.
Bomberos usó 700.000 litros de agua
El SEIS estuvo apoyado en sus labores de extinción desde las 18.00 por un avión anfibio con 5.500 litros de capacidad del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente, al que se sumó un segundo hidroavión de la misma capacidad a las 19.15 horas. Ambos permanecieron trabajando hasta las 20.30 horas. A partir de ese momento los bomberos se quedaron solos en las labores de extinción hasta que a las 2.00 horas aproximadamente llegaron alrededor de 26 efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), quienes reforzaron el dispositivo y posteriormente se quedaron realizando labores de refresco.
La llegada de la UME prácticamente coincidió con un momento en el que el viento activó un nuevo foco en la zona de Anyera, ya que las rachas cambiantes y la accidentada orografía provocaban constantemente la aparición de nuevos focos. El SEIS empleó en total entre 600.000 y 700.000 litros de agua, que tomaron de seis cubas propias, y de otros del Parque Móvil, de la Comandancia General y de la empresa concesionaria del servicio de limpieza viaria, Trace.
Además de los servicios mencionados, también participaron en el dispositivo las áreas Protección Civil de la Ciudad y la Delegación del Gobierno, la Policía Local, la Guardia Civil, la Asociación de Voluntarios de Protección Civil, el 061 y Cruz Roja.
El SEIS sigue en la zona
Esta mañana 18 bomberos más del SEIS estaban efectuando estas mismas labores en dos retenes, uno situado en la pista de La Lastra y otro en las proximidades del perímetro. A las 12.30 horas la UME se retiró al concluir las labores de refresco. No obstante, por precaución, el SEIS ha destinado a la zona el retén que de manera fija tiene en García Aldave, y otro de refuerzo, que vigilará de manera itinerante la zona.
Como consecuencia de las labores de extinción tuvieron que ser atendidos por los servicios sanitarios tres miembros del SEIS, dos de ellos por la tarde como consecuencia de los efectos del humo, y uno más de madrugada, sobre las 2.00 horas, que tuvo que ser trasladado al Hospital Universitario al caérsele encima masa arbórea. Este bombero se recupera ya en su domicilio.
La consejera de Presidencia, Gobernación y Empleo ha agradecido el trabajo realizado por todos los servicios que formaron parte del dispositivo, y en especial por los miembros del SEIS, que demostraron su compromiso y su profesionalidad, y que aún con la llegada de más efectivos se negaban a ser relevados. Bel ha valorado también la coordinación de las administraciones, y ha manifestado que hechos como este demuestran la utilidad de los simulacros que se han realizado.