El consejero de Educación y Cultura, Javier Celaya, ha acudido, representando a la Ciudad Autónoma, a los actos organizados por el Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife en el vigésimo quinto aniversario del fallecimiento del artista canario César Manrique para poner en valor su mejor legado: la conjugación perfecta entre la conservación del entorno y los recursos que ofrece la modernidad.
Javier Celaya ha aprovechado su presencia en estos actos para atender la propuesta de la Fundación César Manrique, de organizar un programa conjunto de actividades, con motivo del centenario de su nacimiento en 2019, centrados en los tres Parques Marítimos diseñados por el artista canario: el parque César Manrique en Santa Cruz de Tenerife, los lagos Martiánez en Puerto de la Cruz y el parque marítimo del Mediterráneo en Ceuta.
El consejero ceutí ha participado en la apertura, en la Casa de la Pólvora, de la exposición retrospectiva sobre su figura, bajo el nombre de Manrique en Santa Cruz. Manrique en el mundo, que podrá visitarse hasta el próximo 30 de noviembre, así como en la reinauguración de una de las obras emblemáticas del lanzaroteño, el Homenaje a Santa Cruz, que se ha restaurado completamente. Esta escultura, de 15 metros de altura, 9 metros de ancho y 6,5 toneladas de peso, consta de una estructura fija de acero, forrada de hierro en color blanco. También posee otra móvil, compuesta de un eje interior de acero inoxidable de 16 aspas que giran en la dirección del viento. Su parte superior tiene forma de diamante y en la inferior tiene dos pirámides invertidas que coronan la instalación dejando una cruz en su interior.
La interpretación e ingeniería de esta obra póstuma de César Manrique Cabrera (1919-1992) estuvo a cargo de los ingenieros Juan Alfredo Amigó y José Luis Olcina, asistentes al homenaje. Ambos ingenieros también participaron en el diseño del Parque Marítimo del Mediterráneo de Ceuta y comentaron con Celaya el enorme cariño que César Manrique sentía por nuestra ciudad, que conoció durante su servicio militar.
También en Tenerife se ubica otro de los Parques Marítimos, la última obra diseñada por el artista antes de fallecer y también fue culminada por Amigó y Olcina. Consta de 22.000 metros cuadrados y está formado por un lago de 7.800 metros cuadrados que se sitúa en torno a una isla, con jardines a diferentes alturas y tres piscinas de agua de mar, y la escultura Anatomía de un barco, de 1966. Otra obra de grandes dimensiones (12 metros de largo por 3,6 de ancho) realizada con materiales de viejos pailebotes y goletas que estaban en los varaderos del puerto de Santa Cruz a la espera de ser desguazados. Manrique, con su obra, los encumbró y ennobleció contribuyendo a divulgar el concepto ecológico del reciclaje.
El artista canario, ferviente defensor de la unión entre naturaleza y arte, ha sido seguramente la personalidad fundamental de la historia contemporánea no solo de Lanzarote, sino de todo el archipiélago canario y ciudades como Ceuta y Santa Cruz de Tenerife conservan sus obras más importantes.