La sociedad pública Obimasa, de la Consejería de Medio Ambiente y Sostenibilidad, iniciará mañana miércoles la campaña invernal de tratamiento de la oruga procesionaria del pino (Thaumetopoea pityocampa), una actuación anual que la Ciudad realiza para la eliminación de esta plaga endémica de los pinares de la región mediterránea y que alcanzará en esta ocasión 12,5 hectáreas de superficie en García Aldave y Monte Hacho.
El tratamiento que se pondrá práctica de forma mayoritaria será el de la destrucción de bolsones-nido de procesionaria mediante disparos de escopeta en el periodo en que las orugas se encuentran en sus últimas fases larvarias, que se corresponde en Ceuta, en líneas generales, con las fechas comprendidas entre principios de diciembre y finales de enero.
El método adoptado se muestra como el más viable y efectivo en masas de pinar dispersas, poco extensas y enclavadas en topografías abruptas, como son los pinares de los espacios naturales de Ceuta, donde otro tipo de tratamientos contra esta plaga no son viables porque las fumigaciones o tratamientos químicos masivos, además de generar efectos colaterales negativos sobre la fauna, solo son viables en masas extensas y continuas de pinar, donde se aplican con medios aéreos.
Esta intervención, que se viene realizando de forma sistemática desde el invierno del año 1999, concluirá previsiblemente a finales de diciembre o principios de enero. Las zonas y superficie a tratar, en las que se ha monitorizado infestaciones de mayor o menor intensidad serán la denominada Subida de Esparta, junto al mirador de Benzú, Aranguren, cuenca del embalse del Renegado, así como el Desnarigado y la zonas aledañas.
En esta campaña intervienen hasta nueve operarios de Obimasa, tanto efectuando los disparos (que disponen de las licencias necesarias), como en actuaciones logísticas (recogida cartuchos usados, localización bolsones) y de seguridad (control de accesos y corte temporal de pistas y carreteras).
Los rodales de pinar que vienen sufriendo un mayor grado de afección se corresponden con repoblados de pino canario. Durante el presente invierno, los niveles de infestación son ligeramente menores a los detectados el pasado, sobre todo en el pinar de la Subida de Esparta y, en menor medida, la cuenca del embalse del Renegado.