El Gobierno de la Ciudad respeta y asume las resoluciones aprobadas por la Comisión Mixta para las Relaciones con el Tribunal de Cuentas (TCu) el lunes en relación a los informes de fiscalización de los ejercicios 2002 a 2004 y del año 2005. La asunción, cumplimiento y seguimiento de esas resoluciones, que abordan cuestiones de índole administrativa, significa para el Ejecutivo mejorar los procedimientos y ser más eficaz en la gestión con el beneficio que eso conlleva para todos los ceutíes y, de hecho, desde los años a los que se refieren los informes se ha avanzado mucho, como ha reconocido el propio presidente del órgano fiscalizador.
Fue el pasado 25 de septiembre cuando Ramón Álvarez de Miranda afirmó que la Ciudad había mejorado de forma considerable en sus procedimientos los años siguientes a los ejercicios 2002 a 2004, periodo fiscalizado a propuesta de la propia Ciudad, y 2005, esta última fiscalización, enmarcada en el quehacer ordinario del TCu, que examina con carácter anual todas las administraciones públicas del país y cuyas resoluciones son un elemento de ayuda para todas y cada una de ellas en lo que se refiere a mejorar su gestión.
Contratos, bienes y subvenciones
Para el Gobierno de la Ciudad, los exámenes del TCu y sus resoluciones son un acicate para el mejor desempeño de las responsabilidades de la administración y en esa línea es en la que trabaja. Así, entre los avances introducidos desde los ejercicios fiscalizados, cabe destacar que la Ciudad se ha dotado de un Reglamento del Inventario General y un Reglamento de Subvenciones que garantiza el procedimiento; y se ha provisto, también, de Normas internas de contratación y redacción de pliegos de cláusulas administrativas y prescripciones técnicas que, en resumen, incrementan el control y endurecen las condiciones. En este sentido, se ha duplicado el personal al servicio del Negociado de Contratación y se ha creado la Mesa de Contratación Permanente, compuesta por personal técnico especializado y un solo diputado.
Los elementos de mejora introducidos afectan a la práctica totalidad de los puntos abordados por el TCu en sus resoluciones, asuntos, por cierto, que son de naturaleza administrativa. Por ello, el Gobierno de la Ciudad reitera su compromiso de incrementar de forma constante la eficacia de su actuación para que la misma redunde en un servicio mejor para los ciudadanos.
De esa manera asume las resoluciones acordadas, por encima de los análisis partidistas efectuados por la oposición las últimas semanas, y sobre cuyo contenido se ha avanzado de forma considerable. No en vano, el propio TCu ha asumido el reto de agilizar los trabajos de la institución para tratar de presentar los informes al Parlamento con más actualidad y evitar situaciones como esta, relativa a Ceuta, en la que buena parte de las situaciones informadas están superadas una vez se han adoptado las herramientas oportunas para mejorar los procedimientos.
