El Salón del Trono del Palacio de la Asamblea ha albergado este mediodía el acto institucional de conmemoración del trigésimo sexto aniversario de la Constitución. Vivas ha defendido la Carta Magna como "modelo de convivencia". "Se necesita, es oportuno y pertinente, proclamar públicamente nuestra adhesión a los pilares y fundamentos de nuestra Constitución, de nuestro modelo de convivencia; y entre ellos, el más explícito: la indisoluble unidad de la Nación española, patria común e indivisible de todos los españoles", ha dicho.
"Es legítima, además de legal, la posición de quienes plantean el inicio de un proceso dirigido a cambiar el modelo territorial sin quebrar la unidad de España y respetando el cauce constitucionalmente previsto para su modificación. Tan legítima como la postura de quienes vemos que no es oportuno ni conveniente, que no podemos ni debemos iniciar un camino de este calado sin saber previamente cuál es el destino final; que no está garantizado el necesario consenso; y que la prudencia exige no poner en riesgo lo que tanto esfuerzo ha costado construir", ha reflexionado antes de recordar el "salto cualitativo" de la sociedad española a partir de 1978.
"Pero tampoco podemos olvidar que, hasta entonces, hasta la culminación del hito histórico que hoy estamos celebrando, la crónica contemporánea de España está plagada de vaivenes constitucionales que arruinaban cualquier intento perdurable de progreso, de enfrentamiento entre españoles, de exilios, destierros y cadalsos, de revoluciones y pronunciamientos, de dictaduras, de perdedores, de vencedores y vencidos, de atraso y aislamiento en relación con el resto de Europa y de sangre derramada por causa de la religión, de la clase social, de la configuración territorial o del modelo de Estado. Es preciso no olvidarlo", ha completado.
Vivas también se ha referido al "hartazgo e indignación más que justificados y totalmente comprensibles" de los ciudadanos por la corrupción. "Si nunca puede aceptarse ni tolerarse que nadie, aprovechándose de un cargo público, se quede con lo que es de todos o beneficie a los amigos, en tiempos de sacrificios y penalidades para muchos, el delito se sitúa en el más bajo escalón de la indecencia y la inmoralidad", ha señalado. "Estoy convencido de que, si remamos todos en la dirección adecuada, podemos ganar la batalla contra la corrupción", ha agregado. En esa línea, ha confiado en la justicia y la policía. "Los hechos son, según mi parecer, irrefutables: puede que no se descubra todo lo que ocurre, no estamos en condiciones de asegurarlo o negarlo, pero lo que sí podemos afirmar es que aquí, en España, no se tapa nada ni a nadie. Una justicia independiente que requiere de más medios, en número y especialización, para poder ser más ágil y eficaz. Y más transparencia en la gestión de lo público, y en los patrimonios e intereses de quienes ejercemos responsabilidades de esta naturaleza", ha opinado.
"No es admisible la manipulación de los procedimientos judiciales, ni la utilización de la denuncia falsa, sin fundamentos, sin pruebas, sin indicios, para, al servicio de intereses partidistas o de cualquier otra índole, manchar el buen nombre de personas honradas. No es admisible, y no es decente", ha indicado también el presidente, quien ha iniciado su intervención recordando que las prioridades no han cambiado. Siguen siendo el crecimiento económico, la creación de empleo y la atención a los más necesitados y vulnerables.