El consejero de Hacienda, Economía y Recursos Humanos, Guillermo Martínez, ha asistido hoy a la reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, encuentro en el que ha participado por vez primera, pues fue a finales de abril cuando asumió las competencias en esa área de gestión. Martínez ha aprovechado la cita para presentarse formalmente a la plana mayor del Ministerio que dirige Cristóbal Montoro, quien ha presidido la reunión en la que se han aprobado los planes de ajuste de las comunidades autónomas.
Además de a Montoro, el consejero Martínez ha tenido la oportunidad de saludar al secretario de Estado de Administraciones Públicas, Antonio Beteta, y al secretario general de Coordinación Autonómica y Local, Enrique Osorio, a quienes ha reiterado el compromiso del Gobierno de Ceuta con el mantenimiento de la estabilidad presupuestaria y el cumplimiento del déficit cero.
La reunión del Consejo de Política Fiscal y Financiera, el órgano de interlocución del Ministerio de Hacienda con los responsables de Economía autonómicos, se ha celebrado en la sede central del Ministerio en Madrid y ha tratado sobre los planes de ajuste y estabilidad solo de las comunidades autónomas.
La situación de Ceuta
En el caso de Ceuta, dado que la Ciudad se adhirió al sistema de pago a proveedores que el Gobierno de España puso a disposición de las entidades locales para saldar la deuda comercial, el Ejecutivo elaboró un Plan de Ajuste, paso obligado por esa adhesión y que fue aprobado por resolución de la Secretaría de Estado de Administraciones Públicas hace un par de semanas, y también, motu propio, un Plan de Sostenibilidad a diez años vista.
Ambos documentos suponen una garantía para afrontar el futuro, pues sientan las bases para el crecimiento sobre una economía saneada, y son, además, prueba del compromiso del Ejecutivo con el mantenimiento del empleo estructural, los servicios públicos y las prestaciones sociales.
No en vano, el Plan de Ajuste y el Plan de Estabilidad permitirán liquidar la deuda comercial y la deuda financiera de la Ciudad sin que se vean afectados los servicios públicos básicos y los servicios sociales y sin destruir empleo público estructural. Todo esto se hará, además, dedicando el superávit de cada una de los diez próximos ejercicios a la inversión pública, elemento dinamizador de la economía, en un marco estable y seguro, por tanto, para el desenvolvimiento de la hacienda local, que además de poner el contador de la deuda comercial y financiera a cero no prevé incremento de la presión fiscal ni contraerá compromisos con los bancos a largo plazo en los próximos años, otras de las líneas de una hoja de ruta "rigurosa, realista, ambiciosa y acertada", en palabras de Guillermo Martínez.