El Consejo de Gobierno ha valorado la auditoría ordinaria del Tribunal de Cuentas (TCu) de los ejercicios 2008 y 2009 y ha explicado que valora y asume las recomendaciones de ese órgano. De hecho, parte de ellas han derivado en la adopción de medidas con anterioridad a la emisión de este informe y, por tanto, hay deficiencias detectadas por el órgano fiscalizador que ya se han subsanado.
El portavoz del Gobierno ha resumido en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno el contenido de ese informe, que advierte de cuestiones que afectan a los ámbitos técnico y administrativo. Guillermo Martínez ha precisado que, sobre determinados criterios de política financiera, lo que pone de manifiesto el informe fiscalizador es una discusión entre técnicos de la Ciudad y técnicos del TCu y, en ese sentido, ha expuesto que no existe voluntad política detrás de decisiones como la relativa, por ejemplo, a cómo contabilizar los ingresos y los gastos.
"En términos generales es una crítica constructiva", ha considerado el portavoz del Gobierno respecto de las recomendaciones y conclusiones del TCu y ha añadido que el Ejecutivo no es "infalible" y que hay cuestiones administrativas que se pueden mejorar, como se deriva del informe, que, como ha subrayado el propio Martínez, "no hace referencia a ningún supuesto de ilícito penal ni contable".
Asimismo, el portavoz del Gobierno se ha referido a que si bien el TCu cuestiona el cumplimiento del Plan de Estabilidad de 2009, en marzo de 2012 la Ciudad aprobó uno nuevo que recoge las cuestiones incluidas en aquel y que se está cumpliendo a "rajatabla". "Los datos que arroja el ejercicio son más positivos que los que estaban inicialmente previstos", ha comentado para rematar: "Entendemos que aun habiendo errores en la ejecución de aquel plan, esos errores, hoy, están corregidos".
