El presidente de la Ciudad ha planteado en la Junta Local de Seguridad, convocada para abordar la presencia de migrantes adultos y menores en el Puerto, la necesidad de “cortar la hemorragia” o, dicho de otro modo, evitar que la frontera se traslade del Tarajal al Puerto para los migrantes marroquíes y argelinos adultos y menores; y “curar la herida”. Es la receta apuntada por Juan Vivas para hacer frente a un problema que, si bien no es nuevo, se ha intensificado en los últimos meses como demuestra este dato: las incidencias en el Puerto en lo que va de año, cuando aún no ha terminado el primer trimestre, ascienden a 1.400; en todo 2018 fueron 1.000. “Si sigue esta situación, podríamos terminar con 6.500 incidencias en el Puerto”, ha advertido.
“Para cortar la hemorragia hay que intensificar los esfuerzos y mejorar los controles en la frontera para que los migrantes marroquíes y argelinos adultos y menores que acceden a Ceuta por el Tarajal con la intención de pasar a la península desde el puerto no puedan hacerlo”, ha desarrollado. “No es fácil, hacen falta medios”, ha apuntado. “La Delegación [del Gobierno] nos ha dicho que está acordada y planteada la frontera inteligente en un plazo breve, pero mientras eso ocurre, hay que mandar más policías a Ceuta para que eso [evitar la permeabilidad del paso fronterizo] se pueda atender”, ha reflexionado Vivas.
“Curar la herida significaría blindar el puerto, que necesita de obras estructurales que lo hagan inaccesible para quienes quieren saltar irregularmente a la península”, ha continuado la explicación de la metáfora. “Nos hemos ofrecido a la Autoridad Portuaria para buscar mecanismos que permitan la financiación de esas obras”, trabajos para los que la Ciudad ha dispuesto una partida de en torno a 1,7 millones de euros con los que suplir la falta de presupuesto del Puerto, ha ahondado. Así, el Gobierno de Ceuta ha sugerido al presidente de la Autoridad Portuaria, Juan Manuel Doncel, instar a Puertos del Estado, “habida cuenta de la intensificación del problema y las consecuencias peliagudas”, a decretar la emergencia de esos trabajos de blindaje, que consistirían en establecer obstáculos físicos que garantizaran la imposibilidad de acceder a un barco de manera no autorizada.
“Mientras esto ocurre, hemos pedido una mayor presencia policial de todos los cuerpos, cada uno en el ámbito de sus competencias, en las zonas críticas del puerto, los aledaños y el conjunto de la ciudad”, sobre lo que deberán descender al detalle y lo concreto los profesionales y los técnicos para “con la debida coordinación conseguir esa mayor presencia policial”, ha agregado el presidente del Gobierno de Ceuta.
En declaraciones a preguntas de los periodistas, el presidente de la Ciudad ha agradecido a la Guardia Civil, la Policía Nacional y la Policía Local su empeño y trabajo, que desarrollan “con alto nivel de exigencia y manifiesta deficiencia de medios”. Esas fuerzas de seguridad han participado en la Junta Local de Seguridad, que ha reunido a las dos Administración -al presidente le han acompañado los consejeros de Sanidad, Servicios Sociales, Menores e Igualdad y de Gobernación, Adela Nieto y Jacob Hachuel, respectivamente-. El encuentro de este lunes en la sede de la Delegación del Gobierno de España en Ceuta ha sido, en palabras de Vivas, “útil”, ya que permitido constatar la realidad de la existencia de un problema “de mucha envergadura y complejo” abordable “solo” desde la “más absoluta” lealtad institucional y no utilizable como “arma política arrojadiza”.
“El índice de migrantes con estancia irregular en Ceuta es insostenible”, ha reiterado el presidente Vivas. Lo demuestra el dato que maneja la Ciudad, el de menores migrantes. En 2017 había 170 en el Centro La Esperanza y en la actualidad, ese número se eleva hasta los 370. Hasta conseguir cortar la hemorragia y curar la herida, lo que hay que hacer, como el jefe del Gobierno de Ceuta ha venido reiterando, es evitar que la ciudad se convierta en un macrocontenedor de migrantes adultos y menores sacando a los primeros, fundamentalmente argelinos, a la península y retornando a los segundos a su país de origen, Marruecos, con sus familias. Objetivo “ineludible” es, además, en términos expresados por el presidente Vivas, evitar que la frontera se traslade del Tarajal al Puerto.
