La Asamblea ha aprobado hoy por unanimidad, a propuesta del presidente de la Ciudad, la concesión de siete Escudos de Oro de la Ciudad, uno de ellos a título póstumo.
El perfil de los homenajeados y justificación de motivos es la siguiente:
- Gabriel León (Ceuta, 1940) es un imaginero autodidacta, con diferentes creaciones repartidas por la ciudad y con innumerables premios concedidos a lo largo de los años. Entre sus obras figuran una reproducción de la Virgen de África y las tallas del Cristo Yacente que durante muchos años procesionó con la Cofradía del Santo Entierro, Santa Marta, San Daniel, diversas Cruces de Guía y su obra más significativa, El Cristo del Madero. Igualmente ha colaborado en restauraciones de distintas imágenes de la Iglesia del Valle, del Nazareno, Vera Cruz, Santo Entierro, San Francisco Javier, el Cristo de la Encrucijada, la Virgen del Carmen de la capilla de la Almadraba, etc.
También fue fundador de la Cofradía de las Lágrimas y su pasión por el entorno cofrade le ha llevado incluso a tallar a escala los pasos de Semana Santa.
Desde 1983 a 2005 fue trabajador del Ayuntamiento de Ceuta. - Miguel Casas cuenta con una brillante trayectoria profesional como Graduado Social en Ceuta, profesión que ejerce desde 1976. Ha sido miembro de la Junta de Gobierno del Colegio de Graduados Sociales desde 1988 y posee las Medallas de Oro, Plata y Bronce al Mérito Profesional de la entidad colegial, así como la Medalla Colectiva de Oro al Mérito en el Trabajo.
- Manuel Alcalá es un empresario ceutí que ha dedicado más de 80 años de su vida a la industria de la imprenta y por ello también a la expansión de la cultura. Nacido el 31 de julio de 1919 -cumplirá un siglo este año-, es una persona imprescindible en la memoria de la ciudad y de sus empresarios.
Desde niño estuvo vinculado a la imprenta familiar, que sería conocida posteriormente como Imprenta Imperio. Como empresario pasó diversas vicisitudes, entre ellas la incautación durante años de la imprenta por la militancia en la masonería de su padre y la pérdida de negocio con el avance de la informatización de las empresas. Hace unos años dejó la imprenta en manos de sus empleados, cuya defensa siempre tuvo por bandera. - Fernando Pérez Padilla (Granada, 1958) , ex director de Ingesa y médico de emergencias, salvó la vida de un menor de edad cuando en julio del pasado año se encontraba en el Parque Marítimo del Mediterráneo. Consiguó reanimar al niño, de 5 años, en parada cardiorrespiratoria y sin reaccionar a estímulos cuando fue sacado del agua. Gracias a su rápida intervención, la Unidad Medicalizada del 061 halló al niño reanimado, pudiendo aplicarle el soporte vital avanzado.
- Juan Francisco Oliva, capitán y DUE del RAMIX 30, también salvó la vida el pasado mes de agosto, de otro menor, en este caso, de 3 años. El niño yacía boca abajo en el agua de la Playa del Chorrillo-. Oliva lo sacó del mar, le provocó el primer vómito de agua y logró que recobrara el sentido, junto a los socorristas presentes. Fue más allá y cargó con el niño y con la bombona de oxígeno hasta la ambulancia, sin esperar a la camilla, donde fue asistido por por los servicios sanitarios desplazados al lugar. Su heroica actuación pudo ser clave para que ese día no se perdiera una vida en el mar.
- Aurora Visiedo, técnico de la Consejería de Fomento, que en septiembre del pasado año logró mantener las constantes vitales, hasta la llegada de los servicios de emergencia, de un compañero de trabajo que sufrió una parada cardiorrespiratoria. Fue la primera persona que le asistió, coordinando los pasos a seguir a través del 061, una rápida capacidad de reacción en la que también intervinieron de manera crucial e imprescindible los policías locales Salvador Lima y Juan Manuel Villena, así como el consejero de Gobernación, Jacob Hachuel, que, alternándose entre ellos en las maniobras de reanimación, consiguieron salvar la vida de un compañero.
A título póstumo, la Asamblea ha concedido también el Escudo de Oro a Cándido Mata, escultor jerezano nacido en 1883 y fallecido en 1972 en Ceuta. Su legado artístico está presente en las calles de la ciudad. Dejó su selló en numerosos edificios ceutíes, tanto públicos como privados. Su sello aún está presente en lugares tan emblemáticos como el antiguo Hotel Majestic, la Casa Delgado, la Casa Marañés o la Cúpula del Edificio Trujillo. Mata fue también autor de la decoración interior del Casino Militar. El Cine Apolo o la Casa Guil Entre los edificios públicos e institucionales, Mata trabajó en el antiguo Instituto Hispano Marroquí (hoy Siete Colinas) o en la zona noble del Palacio de la Asamblea.