Ceuta ha permanecido 142 días en riesgo extremo durante los últimos seis meses, en los que en España se decretó el segundo estado de alarma para frenar la propagación de la COVID19. Este es uno de los datos que ha ofrecido hoy el presidente de la Ciudad, Juan Vivas, que ha comparecido para valorar este periodo, que ha abarcado desde el 25 de octubre de 2020 hasta ayer domingo, 9 de mayo, y en el que ha sido la autoridad delegada del Gobierno de la Nación.
Para el presidente, que Ceuta haya estado un 73% del tiempo en la situación de máxima alerta ha sido lo que obligó a tomar las medidas más restrictivas posible, al amparo de las competencias que le confería ser autoridad delegada, en los doce decretos que ha dictado y en los que ha mantenido inalterable, salvo el periodo navideño – previo acuerdo del Consejo Interterritorial del SNS- el cierre perimetral, ha restringido al máximo el número de personas que podía reunirse (2) y el toque de queda a las 22.00 horas.
Ha subrayado que no tomará ninguna decisión sobre la restricción de derechos fundamentales después del estado de alarma hasta que no se hayan resuelto las discrepancias de índole jurídica que se están sucediendo en los últimos días: "Tenemos que esperar los distintos pronunciamientos de los tribunales y sobre todo, que haya uno del Supremo al amparo del cauce establecido por el Gobierno de la Nación mediante el Real Decreto aprobado el pasado viernes. Vamos a estar a la expectativa y actuaremos en consecuencia".
Por lo tanto, prudencia en este sentido, que está acentuada, ha dicho, por los antecedentes. Aplicando la máximas limitaciones en los decretos como autoridad delegada y las medidas preventivas de obligado cumplimiento en los decretos de Sanidad, acompañado con la detección y rastreo de casos y en los últimos meses, con la vacunación, se ha conseguido reducir la incidencia del virus sin tener que cerrar actividades no esenciales.
El presidente ha querido agradecer además a la ciudadanía su comportamiento ejemplar. La mayoría, ha dicho, ha sido muy respetuoso con las limitaciones, incluida la movilidad, reducida un 70 %; y también ha querido agradecer su compromiso a los técnicos que le han acompañado en las decisiones, siempre dirigidas al interés general de los ceutíes.
Pero el fin del estado de alarma no implica el fin de la pandemia. Nada más lejos, ha querido dejar claro. Y es que aunque la incidencia a 14 días esté rozando el riesgo bajo (58 casos por 100.000 habitantes) y la de 7 días se sitúe casi en la normalidad, la presión hospitalaria no ha descendido de igual forma. La UCI continúa con un nivel de ocupación extremo, y el resto de indicadores están lejos de las medias nacionales. La situación sigue siendo, por lo tanto, muy preocupante: “Quienes piensen que por vencer el estado de alarma y bajar la incidencia acumulada esto se ha acabado, están muy equivocados. Las consecuencias de pensar eso y de no actuar de manera consecuente serían irreparables. El virus sigue matando, sigue estando presente, la UCI sigue en riesgo extremo y si algo hemos aprendido de la experiencia es que igual que baja de manera pronunciada sube “, ha añadido el presidente, que ha vuelto a apelar al compromiso y responsabilidad individual, en el cumplimiento de las medidas que dicten las autoridades sanitarias”.