El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha sido el protagonista hoy, en Madrid, del coloquio organizado por el Club Siglo XXI, una de las tribunas con mayor prestigio de España y por la que han pasado los representantes más destacados de la sociedad española en diversos ámbitos. En este foro, el presidente ha expuesto la realidad de Ceuta, especialmente tras la grave crisis fronteriza desatada el pasado 17 de mayo con la llegada de alrededor de 12.000 marroquíes a Ceuta.
Para dar comienzo a su intervención, el presidente ha agradecido la oportunidad de ofrecer una conferencia ante un club que “generado espacios de encuentro entre diferentes”, aspecto que, para Vivas, no solo continúa siendo de plena vigencia, sino que es “imprescindible” para afrontar los grandes retos a los que se debe enfrentar España.
Vivas ha elogiado la trayectoria de la presidenta de honor del Club, la conocida empresaria e identificada como la “gran dama de la Transición”, Paloma Segrelles, por “tender puentes al servicio de la libertad” y a su presidente desde 2020, el histórico sindicalista y político, Nicolás Redondo, “un referente de lealtad y de coherencia”, ha significado el presidente.
“El Club Siglo XXI ha querido estar con Ceuta y con los ceutíes en uno de los momentos más duros y difíciles de nuestra historia reciente”, ha puesto de manifiesto Vivas quien ha rememorado las jornadas del 17 y 18 de mayo, cuando la ciudadanía “tuvo el alma en vilo” por la sucesión de acontecimientos vividos que provocaron una situación de excepcionalidad: la mayoría de los padres no llevó a sus hijos al colegio, la mayoría de los comercios cerraron y todo el que pudo se quedó en casa.
“Para que se hagan una idea, utilizando como comparación la capital de España, es como si las calles de Madrid fueran invadidas, por sorpresa y en un solo día, por medio millón de personas, sin destino, sin techo, sin comida y sin un lugar donde atender sus necesidades más básicas”, ha relatado el jefe del Gobierno autónomo.
Un hecho sin precedentes que, tal y como ha explicado Vivas, ha revelado algunas de las más acusadas debilidades de Ceuta, y al mismo tiempo, ha confirmado una serie de fortalezas.
Entre estas últimas, el presidente ha reiterado la importancia de que el Gobierno de la Nación, con su presidente al frente, “reaccionara”. “Hizo lo que debía: cumplir con su obligación de defender nuestra integridad territorial y nuestra soberanía”. Para ello, se reforzaron los efectivos policiales, se movilizó al Ejército y se activaron los cauces diplomáticos para detener la entrada e iniciar la devolución de quienes habían llegado a Ceuta. Se afirmó, por tanto, “cómo, cuándo y procedía que Ceuta es España, que la frontera lo es también de Europa, y que no respetarla supone un gesto de hostilidad”, ha enfatizado.
En su intervención, Vivas se ha detenido igualmente es que la defensa de la españolidad de Ceuta no entiende de credos ni razas; que todos los ceutíes “somos y nos sentimos españoles”, y que negarlo o cuestionar esa evidencia no sólo es faltar a la verdad, sino “debilitar la unidad, perturbar la convivencia y servirle en bandeja el argumento a Marruecos”, ha lamentado el jefe del Ejecutivo autonómico.
Otra de las grandes fortalezas que se han dejado notar en estas últimas semanas ha sido, para Vivas, la madurez cívica de los ceutíes, quienes “han sabido distinguir entre quienes utilizaba a los que llegaban de los que llegaban” en referencia a las personas que cruzaron desde el país vecino víctimas de la miseria, la desesperación o el engaño.
Consecuencias de los acontecimientos del 17 y 18 de mayo
Semanas después, ha precisado Vivas, la crisis no ha concluido en sus efectos y secuelas, teniendo en cuenta que unas 3.000 personas, la mitad de ellas menores, permanecen en la ciudad autónoma. Circunstancia que, en opinión del presidente, debe ser tomada como un “asunto de todos”, puesto que, si no se remedia, puede poner en riesgo la supervivencia de Ceuta.
Por ese motivo, el presidente de la Ciudad ha demandado una “acción inmediata, decidida y enérgica” que contribuya asimismo a fortalecer la maltrecha moral y confianza de los ceutíes y que, además, sea fruto de un gran acuerdo que pivote sobre siete prioridades:
La primera, la realización del esfuerzo necesario para dotar a la frontera de las infraestructuras y medios, personales, materiales y tecnológicos, que se precisen para que esta funcione conforme a lo que es y parezca lo que es: una frontera exterior de la Unión Europea.
Vivas ha apelado por la potenciación de la presencia del Estado, en particular en las áreas de Seguridad, Defensa, Justicia, Educación, Sanidad y Políticas Sociales y de Empleo, entre otras.
Además, ha destacado la relevancia de promocionar el desarrollo económico y la localización empresarial; la mejora de los suministros y servicios básicos; el abaratamiento de las comunicaciones con la península y el establecimiento de mecanismos que garanticen la suficiencia de nuestra Hacienda.
De igual modo, el presidente ha resaltado la importancia de que la Unión Europea reconozca, de manera expresa y formal, los condicionantes y especiales dificultades que, para el desarrollo económico y la cobertura de determinados servicios, concurren en Ceuta y Melilla por el singular hecho fronterizo.
En definitiva, ha resumido el presidente, “más España y más Europa” como clave para un futuro “seguro, sólido y estable”. Una estrategia de protección “necesaria, viable y justa”, ha aseverado.
Semblanza de la ciudad autónoma
Al margen de lo sucedido en mayo y de sus efectos, el presidente también ha aprovechado la oportunidad de realizar una breve semblanza de las esencias de Ceuta, “una tierra de profundas raíces y dilatada historia”. Por ese motivo, Vivas se ha detenido en repasar los antecedentes históricos de la ciudad, marcada siempre por su condición de ser “límite y frontera” y que acredita “de dónde venimos y qué somos: España se mire por donde se mire”.
El presidente ha concluido su discurso subrayando que, a pesar de la dificultad del momento, la sociedad ceutí no está dispuesta a tirar la toalla, “no nos vamos a rendir y queremos convertir este duro trance en una oportunidad, en un punto de inflexión, en un antes y un después al servicio de un horizonte de seguridad, estabilidad y prosperidad. Sabemos que no estamos solos, formamos parte de una gran nación integrada en Europa y contamos con el apoyo y el aliento del resto de España”, ha finalizado.