La Ciudad Autónoma ha establecido mediante decreto la declaración de dos días de luto oficial como muestra de duelo por el fallecimiento del delegado del Gobierno en Ceuta, Francisco Antonio González Pérez. El luto oficial, decretado en aplicación del artículo 25 del Reglamento de Ceremonial y Protocolo de la Ciudad de Ceuta y consultado con los portavoces de los grupos parlamentarios, ha comenzado hoy a las 00.00 horas y se prolongará hasta las 24.00 horas de mañana día 3. Como consecuencia de ello, las banderas en los edificios de esta Administración ondean a media asta.
El presidente en funciones de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, se ha desplazado a Madrid junto a la titular de la Consejería de Presidencia, Gobernación y Empleo, Yolanda Bel, quienes acompañarán a sus familiares y amigos en estos difíciles momentos y asistirán a las honras fúnebres.
Una persona íntegra que eligió ser caballa
Vivas ha mostrado su “profundo dolor” por el fallecimiento de González Pérez, “un buen hombre y un gran amigo”, que dedicó “gran parte de su vida a trabajar por Ceuta” y que lo hizo “siempre” con “muchísima pasión, una enorme intensidad, una plena dedicación y de una forma absolutamente íntegra”. “Se nos ha ido muy joven de manera prematura; y lo que nos queda es guardar su memoria y en la medida de nuestras posibilidades transmitir a sus familiares más directos condolencias, solidaridad y respaldo”, ha manifestado.
El presidente ha resaltado la vocación de servicio público de una persona que “eligió ser caballa” y que “sirvió a Ceuta” la mayor parte de su vida, conjugando dos de sus grandes pasiones: Ceuta y la política. Así, González Pérez –continuó– “deja una huella de afecto muy generalizado en Ceuta, incluso entre los rivales políticos; la clase política, pese a las diferencias, le tenía y le tiene aprecio y estarán hoy tan conmovidos como quienes trabajábamos con él de una manera más cercana”.
Un luchador
Vivas ha destacado también el ejemplo de González Pérez para combatir el cáncer: “Por delicado que fuera el diagnóstico nunca perdió la convicción y la firmeza de luchar por la vida, siempre transmitía el sentido de la esperanza ante esta enfermedad. Ha sido un luchador y una persona admirable en ese sentido, que no ocultó la enfermedad y que al mismo tiempo transmitía la esperanza de que podía ser vencida. Lo ha intentado hasta el último minuto.”
En definitiva, y tal y como ha manifestado Vivas, “se nos ha ido una persona íntegra, luchadora, trabajadora, firme en sus convicciones y un gran amigo” cuya memoria “guardaremos para siempre”.
