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Mar, Nov

Vivas a los alumnos del PREU de 1965: "Han desaparecido lugares y costumbres, pero las esencias de Ceuta aún perduran"

Presidencia
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El presidente en funciones de la Ciudad Autónoma, Juan Vivas, ha ofrecido hoy en el Salón del Trono del Palacio de la Asamblea una recepción a la promoción de 1965 del Curso Preuniversitario (el antecedente de lo que más tarde fue COU), que, 50 años después, se reúnen estos días en Ceuta.

El presidente ha recordado escenarios, personajes y costumbres de la época, lugares como el Canarias, el Campanero, La Campana, Casa Lola, los pollos del Baviera, “el inconfudible olor” a almendra garrapiñada del paseo de las Palmeras, los pulpos de la Almadraba o los zapatos ‘Gorila’; situaciones como la de esperar el barco con el correo en la bocana con el sonidos de los bocinas de los coches, las despedidas en el puerto con pañuelos, las llamadas de teléfono como telefonista y demoras de cuatro y cinco horas, los partidos de fútbol en la calle que se interrumpían al grito de “agua” como pasaba un coche, o los guateques y discotecas como el ‘Whisky a gogo’ o el River; y personas como Paco ‘Bigotes’. En definitiva, “ese museo de las pequeñas cosas que nos hacen llorar y que tenemos la dicha de volver a disfrutar a través del recuerdo” porque es un momento “irrepetible”, razonó Vivas.

El presidente no se olvidó de otras costumbres de la época que aún perduran como los pinchitos y el té de Benzú, la Semana Santa o la Virgen de África, que “cada 5 de agosto dirige su mirada piadosa a la otra orilla y que lleva sobre el regazo la paz, la concordia, el perdón y el amor”. “Todo eso forma parte de nuestras vidas y tenemos la fortuna de recordarlo con los amigos”, agregó. Pero aunque haya escenarios o costumbres que no se mantienen, lo que aún perduran –continuó– son “las esencias” de este lugar de encuentro único en el mundo y al que nadie puede ganar en el amor a España. Un sentimiento, el patriotismo, que “seguimos llevando en el corazón, en las calles y en la cotidianidad” y que sigue siendo “nuestra principal razón de ser”.

Vivas también tuvo un recuerdo para los padres, para una “una generación de españoles fenomenales, que a base de muchas sacrificios, renuncias y esfuerzos crearon las condiciones para que nosotros en la madurez pudiéramos elegir el camino de la libertad sin ira”, sin cuyo esfuerzo y sin su trabajo eso que nos tocó vivir hubiera sido imposible”.

Por último, señaló que “debemos sentirnos satisfechos de lo que hemos contribuido a la sociedad y de lo que nos ha tocado vivir: la llegada de la democracia, la apertura de España al mundo, el progreso y el bienestar generalizados, la caída del Muro de Berlín o la revolución de Internet”. Por eso, “lo vivido debe ser el principal motivo para la esperanza” porque “aunque haya problemas e incertidumbres estoy convencido de que vamos a salir adelante con el concurso de todos”, concluyó.