El Pleno ha aprobado una modificación del Reglamento de la Asamblea que conlleva un mayor control a la acción del Gobierno, más transparencia, más operatividad -el arco parlamentario lo componen ahora cinco grupos frente a los tres de antes de las elecciones de mayo- y que, además, refuerza el aspecto autonomista de la Administración. En esos términos se ha expresado la proponente, la consejera de Economía, Hacienda y Administración Pública, Susana Román.
Uno de los cambios que introduce el nuevo Reglamento significa que en la práctica puede llegar a haber hasta tres plenos en un mismo mes. De entrada, las sesiones ordinarias se desdoblarán en dos. Una será propositiva, que incluirá las propuestas del Gobierno y de los grupos de la oposición; y otra incluirá solo interpelaciones, es decir, se limitará a controlar la acción del Gobierno. Un tercero cabría si la oposición solicitara una sesión extraordinaria, pues el tiempo para convocarlo con las nuevas reglas del juego en la mano es de un mes, frente a los dos de antes.
Además, el nuevo texto limita el horario de las sesiones a jornadas que irán de 9.00 a 15.00 y de 17.00 a 20.00, y para hacerlo factible, además de la partición de los ordinarios en una sesión propositiva y otra de control de la acción del Gobierno, las proposiciones quedan limitadas a una por diputado con un límite máximo de tres por grupo político. En el caso de los formados por solo una persona, el límite de proposiciones e interpelaciones estará en 2.
Por otro lado, el modificado Reglamento de la Asamblea contempla la figura del viceconsejero no electo como parte de la estructura del Gobierno, en línea con la defensa que el Ejecutivo hace de la potestad que le confiere el Estatuto de Autonomía en ese sentido. Sin embargo, el equipo dirigido por Vivas estaba dispuesto a renunciar a ese punto en aras del consenso que, aún así, no ha sido posible. El documento ha salido adelante con los votos de los diputados de los grupos Popular y Ciudadanos y el rechazo del resto de grupos (PSOE, Caballas y MDYC).
"Es un texto más participado por todos los grupos", ha defendido Román para argumentar que el anterior estaba "superado" por la dinámica parlamentaria y resultaba "inoperativo".
