La Consejería de Fomento y Turismo arrancará el próximo lunes, día 20, la rehabilitación del pavimento y mejora de plataforma en hasta 55 calles y avenidas de la ciudad. Una ambiciosa actuación que supone la mayor campaña de asfaltado, hasta la fecha, emprendida por el Gobierno de la Ciudad.
Así, los trabajos darán comienzo en la carretera de Benítez, donde entre el 20 y 24 de febrero se ejecutarán las pertinentes obras de rehabilitación del asfaltado. Además, en las jornadas del 23 y 24 también se efectuarán actuaciones en la carretera del embalse.
La Consejería que lidera Alejandro Ramírez ha previsto un montante superior a los 4 millones para la puesta en marcha de una campaña que se extenderá a los siguientes viales: Padre Feijóo y Teniente General Muslera; Simoa; carretera del Monte Hacho; carretera de San Amaro; Santander; Velarde; Huerta Téllez; Teniente Coronel Gautier y avenida Regulares; Cadi Iyad; vial del arroyo de Arcos Quebrados; calle del Colegio Reina Sofía; Agrupación Este y Norte; carretera del Polígono del Tarajal; José Rojas; San Daniel; Príncipe Felipe; Alberto Ibáñez Trujillo; Los Rosales; calle bajada Regulares; barriadas de Los Rosales y Juan Carlos I; Carlos Villón (Sarchal); Alcalde Vitori Goñalons; Juan XXIII y Francisco Javier Sahuquillo (Miramar Bajo); avenida España y carretera de Benítez; Francisco de Ribalta; Parques de Ceuta; avenida Juan Pablo II; Poblado Marinero; Bermudo Soriano; barriada de La Libertad; barriada de San Daniel; Poblado de Sanidad; calle Cabrerizas; García Aldave; Fernandes Amador-Vicedo Martínez; Argentina; Marqué de Lede; Marcelo Roldano; calle de La Rubia; Mateo Álvarez; avenida Miguel Arruda; Independencia; Paseo Colón; calle Trasera Real 90; Enrique el Navegante; Junta de Obras del Puerto; calle 113; José Santos Vilela; Antioco; carretera del Embalse; Millán Astray; barriada O´Donnel y Francisco de Lería Ortiz de Saracho.
En la totalidad de los casos, los trabajos consistirán en la eliminación parcial de una parte del firme existente y reposición con mezcla bituminosa hasta la misma cota de la superficie original. Todo ello con el objetivo de restaurar o mejorar las características superficiales del pavimento, adecuándolas a sus necesidades funcionales y de durabilidad.