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Jue, Nov

La comunidad de las Adoratrices, distinguida por su atención a las víctimas de violencia de género

Asuntos Sociales
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El Jurado del Reconocimiento en la lucha contra la violencia de género, que hoy se ha reunido bajo la presidencia de la consejera de Sanidad, Servicios Sociales, Menores e Igualdad, Adela Nieto, ha propuesto por unanimidad la concesión de esa distinción, en su séptima edición, a la comunidad religiosa de las Adoratrices, en reconocimiento a la labor de acogida y atención que desarrolla en Ceuta hacia las mujeres que sufren violencia machista.


Junto con Nieto, han integrado el Jurado, como vocales, la jefa de Servicio del Centro Asesor de la Mujer (CAM), Viviane Berros; el director general de Asuntos Sociales e Igualdad, José Sánchez; y la representante del sindicato CSIF, María Dolores Cuadra.

De la congregación, el Jurado destaca que se trata de una comunidad, establecida en Ceuta desde 1935, que tiene como misión principal desde su fundación la acogida “a chicas y mujeres víctimas de malos tratos, abandono, prostitución, embarazos no deseados, inmigración y otros muchos problemas en los que la mujer se ha visto en una situación de marginación, ejerciendo su labor los 365 días del año”.

La comunidad de las Adoratrices desarrolla varios programas con las mujeres acogidas, en función de sus circunstancias, destacando entre ellas el abandono, la desestructuración familiar, prostitución, tráfico humano, drogas, fugas del hogar, abusos deshonestos y carencias afectivas. “La labor de la comunidad y de su casa de acogida ha conseguido que muchas mujeres y sus hijos, también víctimas de violencia de género, hayan podido rehacer su vida, encontrar una salida laboral o una familia que les permita afrontar el futuro con muchas posibilidades de éxito”, se pone de manifiesto literalmente en el fallo del jurado.

En sus 82 años de existencia, las religiosas de las Adoratrices han sido un referente en Ceuta de la lucha por la integración de las mujeres con problemas, entre los que se encuentran aquellas que sufren violencia de género, a las que acogen, atienden y ayudan, “alfabetizándolas cuando en necesario, logrando su integración sea cual sea su religión, etnia o cultura, promoviendo habilidades, regularizando su situación administrativa e insertándolas en la sociedad a las que devuelve una persona que en la mayoría de las ocasiones logra normalizar su ubicación en la sociedad”.

Este reconocimiento a las Adoratrices se añade a las personas y entidades que han sido galardonadas en las ediciones anteriores: Rachida Mohamed Abdeselam, quien logró sobreponerse al padecimiento de la lacra que es la violencia contra la mujer por el mero hecho de ser mujer; María Sánchez Miaja, presidenta de la Asociación de Mujeres Progresistas de Ceuta; el Servicio de Emergencias 1-1-2; y Andrés Calvo Muñoz, un vecino que socorrió a una víctima en 2011 y que, con su actuación, evitó males mayores, y los voluntarios de Cruz Roja. Además, han recibido menciones honoríficas Hamed Addel-La Ali, colaborador voluntario en esta materia como traductor; y la Fundación Cruz Blanca por su proyecto O’Cambalache.