El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha insistido hoy, durante su intervención con motivo de la videoconferencia que semanalmente convoca el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con los 19 dirigentes autonómicos, en la necesidad de que, al margen de los fondos extraordinarios que el Gobierno de la Nación está aportando a las Comunidades y Ciudades Autónomas para afrontar la crisis derivada del coronavirus COVID-19, se respeten los fondos ordinarios.
“Esto es algo”, ha dicho el presidente, “que en el caso de Ceuta no ha ocurrido, y que si en circunstancias normales esto supone un descalabro financiero y presupuestario, en la situación en la que nos encontramos es un lastre que puede tener consecuencias irreparables”.
Juan Vivas ha planteado una intervención siguiendo los parámetros marcados por la Presidencia del Gobierno de la Nación, que en la videoconferencia de hoy ha abordado como cuestiones principales la financiación, la estrategia de desescalada, la reconstrucción económica y social y la lealtad institucional.
En cuanto a la financiación, además de distinguir los recursos extraordinarios de los ordinarios para afrontar la crisis, el presidente ceutí ha vuelto a subrayar que el 70 % de los fondos que el Estado ha asignado a Ceuta para situaciones de emergencia social se está empleando en la atención a la inmigración irregular de adultos y menores marroquíes, hecho que no ocurre en ninguna otra ciudad, a excepción de Melilla.
Financiación “en el aire”
Y en lo que hace referencia a los recursos ordinarios, el presidente ceutí ha aprovechado para recordar que la Ciudad Autónoma tiene pendientes de cobrar transferencias procedentes del Estado de 2019, que financian servicios “vitales y fundamentales” por 7,2 millones de euros, y que tampoco hay garantía de que se puedan pagar las correspondientes a 2020, “que están en el aire”. “No hemos recibido explicación sólida y convincente”, ha añadido.
Desescalada “con prudencia”
Por otra parte, y en lo que los planes de desescalada se refiere, el presidente de la Ciudad ha pedido a Sánchez que no se abra la frontera con Marruecos ni que se restablezcan las comunicaciones regulares con la península, tanto marítimas como aéreas, hasta que no se cuente con las debidas garantías en cuanto a la situación epidemiológica en Ceuta y también en el resto de España. Ese aislamiento, ha añadido, “ha sido nuestro principal factor de protección eficaz y lo que pido es que antes de levantarlo se tenga en cuenta la propagación del virus. Por tanto, que se haga con prudencia”.
Juan Vivas también ha aludido a que la estrategia de reconstrucción social y económica es absolutamente necesaria, y que es imprescindible tener en cuenta dos objetivos para el conjunto del territorio nacional. Por una parte, procurar hacer lo posible “y hasta lo imposible” por mantener en pie el tejido productivo y empresarial, “por cuanto de ello dependerá la recuperación de lo perdido y de volver a la senda del crecimiento y de la creación de empleo, y por lo tanto, salir cuanto antes de la ruina que ha provocado la crisis sanitaria”; y por otra, aprovechar este gran e inédito esfuerzo nacional para atender tanto los problemas estructurales de España como de cada uno de los territorios. “En nuestro caso se trata de problemas singulares de cuya resolución depende el futuro y es cuestión de supervivencia por lo que se exige una reacción decidida enérgica y posible del Estado”, ha subrayado.
Esa estrategia para Ceuta debería atender cinco prioridades, que son: contar con una frontera homologable al resto de fronteras exteriores de la Unión Europea; sentar las bases para que Ceuta tenga una estructura económica no dependiente de Marruecos; resolver la asfixiante presión de la inmigración de marroquíes y argelinos, adultos y menores; potenciar la presencia del Estado, que garantice la igualdad de los ceutíes con el resto de los españoles en el acceso a los servicios públicos fundamentales; y garantizar las transferencias finalistas del Estado para atender servicios vitales para la ciudadanía.
El presidente ha concluido su intervención abogando por una lealtad institucional real y no solo retórica, “que también sea sincera” y que no esté condicionada ni por el tamaño del territorio con el que se establece la relación ni con la capacidad de influencia política o de repercusión mediática que tengan las peticiones o el color político de la institución con la que se esté en contacto. “Ceuta siempre ha sido ejemplo de lealtad por desde siempre nuestra razón ha sido y es vivir por y para España”.